Crítica de Running Man

Crítica de Running Man

Remake innecesario y olvidable, de acción mediocre y mensaje que juega a ser subversivo y se queda en anuncio de Monster

Calificación: ⭐⭐

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Running Man es otro innecesario remake mediocre de una película de los ochenta que tampoco era muy buena para empezar. La excusa supongo que consiste en decir que se trata de una adaptación más fiel de la historia de Stephen King en la que se basa.

Pero vamos, que al contrario que la excelente La larga marcha, esta película es la foto que poner en el diccionario al lado del término mediocre y, paradójicamente, ella sí que se convierte en una marcha demasiado larga hacia un final sin sentido, durante poco más de dos horas que parecen doscientas.

Edgar Wright es uno de esos directores que muchos tienen por un genio, pero quitando Scott Pilgrim que está bien y Baby Driver que no está mal, personalmente no entiendo demasiado esa fe.

La cuestión es que, genio o no, no sé cuánto ha participado en la escritura del guion que firma, pero da igual, porque tanto la historia como la dirección tienen serios problemas estructurales.

Personajes tópicos, acción mediocre

Los personajes ya arrojan la historia por el retrete nada más empezar. Todos son tópicos, caricaturas de sí mismos con motivaciones simplonas y vistas mil veces, que hacen imposible una conexión orgánica y empeoran todo cada vez que abren la boca.

De por qué hacen lo que hacen durante la acción mejor no hablar. Los cambios de humor y bando de personajes, como la agente inmobiliaria o el público en general, no se explican bajo ninguna lógica sensata.

Si tratas de centrarte en la acción y entretenimiento, como hace la caricaturesca versión de los 80 con Arnie, la cosa tampoco sale. Esa acción es mediocre, poco excitante e inverosímil para mal, como el resto de cosas.

El problema del ritmo

Que la película parezca alargarse hasta los 30 días que dura el concurso es culpa en buena parte de recrearse en escenas y acontecimientos inanes durante tiempo y tiempo (la casa de Michael Cera, el ir a buscar un refugio para nada, el coche y el avión…), que padecen un serio problema de ritmo, tanto en sí mismos, como en la integración con el resto de sucesos.

Que me expliquen, por ejemplo, por qué usar cuatro mil horas de metraje desde el aburrídisimo avión hasta ese seudoclímax decepcionante con el misil, para que luego sea el revolucionario enmascarado (que ni recuerdo cómo se llama) el que explique lo realmente importante en un discurso deslavazado y lisérgico de un minuto.

La lectura política que lo remata

A las filas de la simpleza en todo se suma el mensaje que remata el desaguisado.

Que está muy bien el tema de la revolución, la mentira, la manipulación y esas cosas, pero si se suele pintar normalmente con brocha gorda inofensiva, aquí se utiliza el rodillo directamente.

Me encanta (no) el intento de que ese mensaje parezca rompedor, violento y subversivo, pero es mensaje de pega, de aprobado por comité de marketing, de muerte a los ricos, el entretenimiento sádico o banal y el consumismo, pero Michael Cera, que una vez más solo hace de Michael Cera, te ofrece el product placement más enervante de la década ofreciendo un Monster.

Puag.

Una parte de mí piensa que quizá sea una especie de metabroma sin gracia que no pillé, pero no, es dejar bien claro que todo es de mentirijillas, de usar también la revolución, como se usa todo, para venderte mierda y jugar a ser subversivos, mientras los amos le dan la palmadita al perro y le dicen que es un travieso.

Nada, una basura de la que se salva mínimanente parte del diseño de producción en parte de la tecnología o los barrios bajos. Sin embargo, hasta eso chirría al integrarse con otros escenarios como el avión, el coche o esos cazadores absolutamente exentos de carisma o personalidad, a pesar de tener a Lee Pace al frente.

Ni él puede salvar el naufragio.

La segunda estrella es porque al menos no han hecho la aberración aséptica y sin alma en la que convirtieron remakes similares como Robocop o Desafío Total hace unos años.

Aquí le han puesto algo más de mugre, sangre y elementos que parecen más orgánicos, pero ya me dirás qué desperdicio al servicio de ese guion, esa acción y esos personajes, que se te olvidan incluso antes de acabar la película.

LO MEJOR

Parte del diseño de producción no está mal y el futuro que pinta parece real.

LO PEOR

No sé si los graves problemas de ritmo, los personajes de cartón, las motivaciones de cartón o la acción de cartón.